En el grito soterrado de mis vellos
Dime tú cuánto has vagabundeado hasta llegar a mi noche.
Dime tú de los caminos, de los ríos y de los fracasos que te empujaron.
Quiero saber quién te trajo a deslindar mi cuadratura.
Qué viento viró tu navío.
Te deseo en el grito soterrado de mis vellos.
En el despertar volcánico de mis poros.
Prepararé el incienso que imantará tus sentidos.
Cubriré tu cuerpo con almizcle de cundeamor, pasto y eucalipto.
Una algarabía haré en tu pecho.
Te regalaré dos plumas del colibrí que llevo en mi seno.
Los tambores serán pequeños en el sonar de tus latidos.
Esperaremos el alba trotando en la arena.
Pescaremos mañanas asonoras e insomnes.
Buscaremos soles en las dunas o en la huerta.
Enlazaremos el canto que lleva el verano de un sinsonte.
En la hora nona recogeré tu vela y la llenaré de cánticos de sirena.
Ellos te susurrarán de mi propia fiesta.
Seré la siesta de tus deseos y -en la verbena- tu ancla será libre
de alzarse en vuelo en el instante que el ocaso te desaparezca de mi puerto.
Taty Hernández Durán ©
3 comentarios
Atilano -
para renovarse en la fuente pasional.
olvidar kilmetros, caminos bifurcados, y nacer en otra encrucigada...
dejar que las aves canten sus trinos,
que las plumas mezclen suavidades
y que la noche sea eterna como un recuerdo de nunca acabar...
como esa sinfonía de bellas palabras escritas,
tan perpetuas, nuevas y antiguas,
para ser más dulce la compañia de sueños,
que no separan aguas,
pero crean firmamentos...
Atilano
Taty H. -
¡PURA VIDA, MAJE!
"Chanoc" -
Muy bueno tu poema, Laura! Digo Tatiana!
O debería decir, Talía?